martes, 5 de febrero de 2019

Paradojas matemáticas II


¡Hola Pitáblogers! ¿Os quedasteis con ganas de más paradojas en la entrada anterior? Parece que esta sección ha tenido éxito entre nuestros lectores, así que, no os preocupéis, aquí vienen nuevas paradojas para que reflexionemos sobre ello. 
 
Esta nueva historia la hemos cogido del libro ¡Ajá! Paradojas que hacen pensar, de Martin Gardner y traducido por Luis Bou. ¡Empezamos!



A los filósofos griegos les
gustaba referir el caso de un
cocodrilo que le arrebató su
bebé a una mujer.
Cocodrilo: ¿Voy a comerme a tu
niño? Responde correctamente
y te lo devolveré ileso.
La madre: ¡Ay, ay, ay! ¡Te vas a
comer a mi hijito!
 



Cocodrilo: Humm... ¿Qué debo
hacer? Si te devuelvo el nene lo
que has dicho será falso. Debería
habérmelo comido ya... Decidido,
no te lo devuelvo.
La madre: ¡Tienes que hacerlo!
Si te comieras a mi nene yo
habría contestado correctamente, 
así que tienes que dármelo


El pobre cocodrilo estaba tan embrollado que dejó escapar al niñito.
La madre lo asió de un brazo y huyó.
Cocodrilo: ¡Cáscaras! ¿Por qué no me diría que le devolviera el chiquillo?
¡Ahora estaría yo disfrutando de un bocado exquisito!


El cocodrilo tiene un dilema: tiene que comerse al niño y tiene que devolverlo, las dos cosas al mismo tiempo. La madre fue muy lista. Supongamos que hubiera contestado:

«Vas a devolverme a mi hijito». En tal caso el cocodrilo hubiera podido devolverlo o comérselo, a su capricho, sin contradecirse.
Si lo devolviera, la madre habría contestado correctamente, y el cocodrilo, cumplido su palabra. Por otra parte, de ser lo bastante malvado, puede comerse al nene. De esta forma, lo afirmado por la madre sería falso, liberando al cocodrilo de la obligación de soltar al niño.

Fuente: ¡Ajá! Paradojas que hacen pensar, de Martin Gardner con la traducción de Luis Bou.
 
 

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